El poder transformador del embarazo

Colaboración de @aquamater.
El poder transformador del embarazo
Disponernos a reflexionar sobre la mujer embarazada y su cuerpo nos lleva, casi automáticamente, a pensar en todos los cambios biológicos, fisiológicos que la mujer vive o “sufre”. Hacer una pequeña investigación en la web nos demuestra que sigue habiendo una concepción casi rosada de la experiencia de la maternidad y signada, sobre todo, por la descripción (etapas del embarazo, cambios mes a mes, etc…), dejando de lado el poder transformador del embarazo.

El embarazo puede representar para la mujer una fabulosa oportunidad para aprender sobre sí misma y su poder. El bebé es parte de su cuerpo, de modo que la comunicación interior positiva entre los dos se traduce en una mayor confianza mutua que continúa después del nacimiento. Esta comunicación no es tasita, necesitamos darnos un importante tiempo de silenciosa reflexión para sintonizarnos con nuestro cuerpo y confiar-respetar los nuevos ritmos que se imponen.
embarazoNo podemos obviar que a pesar del lugar que nuestra cultura le da a la maternidad, ha sido incapaz de valorar el hecho de que, en términos relativos, cuarenta semanas de gestación es un periodo muy corto en la vida de una mujer, en comparación a lo esencial para la salud de la generación siguiente. Podemos evidenciar esta realidad en casi todas las políticas de salud para la mujer gestante, permisos pre y post natales, etc…

Dado entonces, que la mayoría de las mujeres se mantienen activas, y quizás demás, durante su gestación, es imperioso sacar un verdadero tiempo de calidad para crear, cultivar y consolidar la comunicación interior con su cuerpo y su bebé.

Hemos de conocernos íntimamente a nosotras mismas para poder intimar con otro ser humano, incluso con nuestr@ bebé. Crear ese espacio interior de comunión-contacto conlleva un gran esfuerzo por parte de la madre, y su entorno, en armonizar su cuerpo-mente y emociones con la de su bebé.

Cuerpo de Mujer: campo de batalla…
El alimento físico y mental

La relación de la mujer con su cuerpo es ya todo un tema, sabemos que vivimos pendientes del peso, la apariencia de nuestra piel, el tono muscular, hacer o no ejercicios, de operarnos o no. El embarazo desnuda, posiblemente, el campo de batalla que tenemos con nuestro cuerpo. Vemos entonces a aquellas futuras mamás que no paran de hablar de cuanto han aumentado de peso, talla, de los cambios en sus senos y las hay extremistas, aquellas que se siguen castigando con regímenes de dietas para evitar que su cuerpo cambie “mucho” o aquellas que se dan todos los excesivos permisos de complacencia alimenticia y en menos de 16 semanas de gestación han aumentado 10 ó más kg.

Necesitamos ser consciente de esta realidad y asumirla con amor y responsabilidad. Sabemos, que más allá de la nutrición biológica, la alimentación también nos muestra nuestras necesidades afectivas de consuelo-vacio, amor-odio, compañía-soledad. Escuchar y atender estas necesidades durante el embarazo es importantísimo y no quedarnos en el tema superficial de comer o no comer. Vale entonces preguntarse: ¿Qué relación tengo con mi cuerpo y qué lugar juega la alimentación?, ahora que estoy embarazada, ¿de qué hago conciencia?, ¿Estoy dispuesta a darme el tiempo y silencio necesario para verdaderamente escuchar y sentir qué me está pidiendo mi cuerpo?
La gestación nos abre una escucha diferente con nuestro cuerpo, lo que nos fortalece. También nos puede mostrar la contaminación que podemos tener dentro. Por ejemplo, los famosos antojos pueden ser requerimientos nutricionales que el/la bebé están necesitando, o tal vez nuestro cuerpo, pero el cómo se hacen presente es lo que tenemos que reflexionar. No es lo mismo que nos apetezca carne a una hamburguesa de un determinado expendio de comida rápida. ¿Esto es un requerimiento o la muestra de lo víctima que somos de los mensajes subliminales de las cuñas? ¿Entonces qué es lo que verdaderamente escuchamos?

También es importante reflexionar sobre cómo utilizamos los antojos: ¿es una oportunidad para manipular a mi entorno?, ¿Es la ocasión perfecta para pasar factura a mi pareja por la falta de atención? Necesitamos reconocer que somos responsables de atender nuestras necesidades, tanto al escucharlas como al satisfacerlas, así es que fortalecemos nuestra autoestima.
embarazo2Otro mundo importante a revisar es cómo nutro mi mente, a qué tipo de información me expongo, sólo veo programas de tv que muestran al embarazo como enfermedad, en donde el equipo médico es el protagonista y la mujer embarazada es una actora de reparto. Permito que compañer@s de trabajo, amig@s me contaminen de miedos por experiencias ajenas o de familiares, leo libros y los que leo que postura tienen ante el embarazo y el parto: son estereotipados, someten a la mujer a la pasividad y sumisión o dan confianza en la sabiduría del proceso de gestación y parto. Quién lo escribe: el poder médico o el poder de la sabiduría de la mujer.

No sólo debemos de revisar la información especialidad a la maternidad, sino también que actitud tomamos ante los noticieros y periódicos. Está claro que, como mujer embarazada, mientras más me informe de noticias de sucesos o eventos que me generen estrés, más toxina va a liberar mi cuerpo y mayor desequilibrio, creando tensiones musculares, incrementando problemas de sueño, diversos trastornos emocionales y sus correlativos psicosomáticos.

La sabiduría del cuerpo
El cuerpo de la mujer sabe gestar. Si logramos liberarlo de toda la contaminación o condicionamiento social que ha recibido, él nos va sensibilizando a cada cambio, a cada transformación. Si tan sólo nos dejamos guiar por él encontraremos el espacio de armonía que tanto añoramos.

Generalmente en las primeras semanas de embarazo el cuerpo nos pide reposo, descanso, nos da “un sueño de muerte” que nos hace muy difícil salir de la cama, claro, son las semanas más delicadas de la gestación. El cuerpo no quiere arriesgar el valioso producto que se está gestando, quiere que la mujer conserve todas sus energías para la formación de todos y cada uno de los órganos vitales del bebé. Internamente está ocurriendo una y mil “explosiones atómicas-celulares” y el cuerpo necesita descansar.

Así cada etapa marca su pauta y sus necesidades, sólo requerimos convenir con nuestro entorno familiar, de trabajo o estudio como atender nuestras necesidades y las de esos contextos, teniendo siempre como norte lo impostergable: el sano psiquismo de las mujeres, donde juega un papel importante la relación consigo misma, el reconocimiento de su cuerpo y la sana vida intrauterina de nuestr@ bebé!

Dejarnos acompañar
embarazadaDurante siglos las parteras-comadronas asistieron a las madres durante el embarazo y el proceso del parto, estando junto a ellas como aliadas, cómplices, consejeras y amigas proporcionándoles ayuda médica y emocional. La palabra “obstetricia” deriva del latín stare, que quiere decir “estar al lado”. La obstetricia moderna, sin embargo, ha pasado de ser un “estar al lado” natural y paciente, que permite a la mujer reaccionar naturalmente, a una práctica dominante y muchas veces invasora. El condicionamiento social de las mujeres nos hace recurrir a especialistas en el embarazo, de modo que la mayoría nos hemos desconectado de nuestro conocimiento y nuestro poder innatos sobre la gestación y el parto para delegárselos a nuestr@s medic@s, haciéndoles responsable de lo bien o mal que resulte toda la experiencia.

Escoger al equipo e institución que nos va acompañar en la gestación y parto es una de las más sabias decisiones que hay que tomar. Si vamos centradas en nuestro poder y en la confianza de lo que nuestro cuerpo sabe, ese profesional, al que acudimos, lo primero que debe hacer es reconocer y respetar nuestro poder. Debe tener sobre todo una escucha consciente y vivir su profesión desde el rol de facilitador y no de semi-Dios, permitiendo la interacción de los aspectos médicos-psicológicos con la participación activa de las mujeres. De esa manera tendremos la confianza que nuestros instintos e intuición van a ser respetado.

Es importante seleccionar a aquellos que sean lo más congruente posible con nuestra filosofía de vida, creencias y valores. A quienes estén dispuest@s a romper la invisibilidad de las vivencias femeninas que predominan en el discurso científico-obstétrico.
Caminos que ensayar
Como nuestra cultura nos hace estar en lucha con nuestro cuerpo, necesitamos darnos la oportunidad de vivenciar actividades y experiencias que nos permitan la reconciliación y la paz.

Entre los más conocidos tenemos la yoga, la meditación, el masaje, la natación, siempre y cuando estén guiados por profesionales especializad@s en la mujer embarazada. El contacto con la naturaleza es otra fuente importante de paz. Acudir a centros de educación prenatal fomentadores de una maternidad participativa o incorporarse a una preparación individual para una gestación armónica y un parto consciente y/o terapia individual pueden ser alternativas que nos permitan darnos el tiempo y el espacio para una revisión de los procesos que la maternidad nos mueve.

En fin, procuremos dejar el lugar del no saber, para rescatarnos y rescatar la capacidad generadora y creadora de la sabiduría femenina.

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