El cepillado dental es una de las principales acciones para evitar
la aparición de enfermedades como la caries y conservar dientes sanos.
Muchos padres piensan que los dientes
de leche de sus hijos, al no ser definitivos, no requieren el mismo cuidado que
las piezas que serán permanentes. Sin embargo, los también denominados dientes
primarios cumplen un rol fundamental en el desarrollo bucal de los niños, por
lo que es necesario promover la formación de buenos hábitos de higiene bucal
para controlar enfermedades bucales tan comunes, como caries y gingivitis.
En ese sentido, el cepillado dental es
el primer paso para conseguir dientes sanos hasta la adultez, ya que enseñando
a nuestros hijos rutinas de limpieza desde pequeños les estamos entregando
beneficios para toda la vida. Un diente limpio
no se enferma.
Todos sabemos
que no es tarea fácil que los niños aprendan una lección, pero si lo hacemos de
manera lúdica y entretenida y con amor, podemos despertar interés en ellos. Cinco
consejos para ayudar a los padres a incentivar el cepillado de dientes en los
más pequeños del hogar:
· Elige un cepillo de colores llamativos y/o con figuras animadas. Procura
que el cabezal sea pequeño, con cerdas suaves y de mango recto.
· Haz del
cepillado una rutina familiar: lava tus dientes junto con tu hijo para que éste
observe tus movimientos; a muchos niños les gusta imitar a sus mayores como
modelo.
· Inventa un
juego frente al espejo: Comienza haciendo muecas, abriendo la boca y sacando la
legua, y de a poco introduce el cepillo para limpiar los dientes. También
puedes hacer que primero el niño se cepille y luego supervisar de manera lúdica
la efectividad de éste, por ejemplo, utilizando un muñeco que se cepille y así,
sea más divertido.
· Incentiva con
un premio: No se trata de sobornar a tu hijo, si no de felicitarlo cada vez que
se lava los dientes con un sticker o estrellita en alguna parte de la casa para
que se motive y quiera seguir haciéndolo diariamente.
· Escoge una
canción: Cántala sólo al momento del cepillado para que tu hijo sepa que es la hora
de hacerlo. Si empieza a ponerse inquieto en el proceso de lavado, canta hasta
que se tranquilice.
El cepillado debe ser después de cada comida -al menos dos veces al dia-, pero el cepillado fundamental, que es el de la noche, debe ser realizado por un adulto ante de acostarse y, después de dicho cepillado, el niño no debe ingerir otro alimento.
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